Todavía me quedan restos de las cortinas que corté después de la mudanza para poner en la nueva habitación de mi hija. Con otro de los trozos que sobraron he hecho una casita que vi en una revista japonesa y que Paula utiliza para Gus,un muñequito del Ikea que le regaló Vero.
Así es como queda por fuera cuando está cerrada (además tiene un pequeño colgador para colocarlo en un gancho)
Cuando se desabrochan los botones se pueden observar las distintas habitaciones... el comedor
la ducha
el dormitorio
y así es como se relaja Gus en su nuevo hogar
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